En 2008 China se vio sacudida por un escándalo de adulteración de leche para bebés que provocó un profundo deterioro en la confianza del consumidor en productos de fabricación local. La crisis causó un fenómeno de compradores personales en Australia que enviaban productos a China, popularmente conocidos como “daigou” (personas que compran en representación de otras). Como resultado, el negocio pasó de un puñado de compradores personales a un verdadero canal económico de miles de millones de dólares que integra servicios de venta minorista, marketing y logística en todo el país.
Para leer el artículo completo haga click aquí