Aproximadamente unos 10 mil a 15 mil trabajadores chinos jugaron un papel decisivo en la construcción del primer ferrocarril transcontinental de Estados Unidos, el “Golden Spike”; uno de los proyectos más peligrosos y masivos de la época, finalizado en 1869. Muchos chinos llegaron a Estados Unidos huyendo de las secuelas de las guerras del opio o de otras convulsiones sociales. Trabajarían 12 horas al día, seis días a la semana, preparando el terreno a través de la sólida roca de granito de las montañas de Sierra Nevada.
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