Para José Ricardo Martínez, director comercial de la compañía de origen mexicano “Bimbo”, la entrada al mercado chino representó un desafío múltiple, el que partió a mediados del año 2006, luego de la compra por más de US$ 10 millones de Panrico, una panificadora de Beijing. Según Martínez, la empresa demoró 8 meses en integrar sus operaciones, realizando paralelamente un estudio directo del mercado, conociendo los puntos de venta, las calles y los consumidores. Al inicio, Bimbo evaluó mantener la marca china pero para su primer año se tomó la decisión de colocar al icónico osito en su producción asiática, el que “cayó como anillo al dedo con nuestros consumidores chinos”.
Para leer el artículo completo haga click aquí