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SHANGHAI, 16 may (Reuters) — Shanghai estableció los planes para la vuelta a una vida normal a partir del 1 de junio y el fin de un doloroso confinamiento por Covid-19 que ha durado más de seis semanas y contribuyó a una fuerte desaceleración de la actividad económica de China.

En el calendario más claro hasta ahora, el funcionario de la alcaldía Zong Ming dijo que la reapertura de Shanghai se llevaría a cabo por etapas, con restricciones de movimiento que se mantendrían en gran medida hasta el 21 de mayo para evitar un repunte de las infecciones, antes de una relajación gradual.

“Desde el 1 de junio hasta mediados y finales de junio, siempre que se controlen los riesgos de un repunte de las infecciones, aplicaremos plenamente la prevención y el control de la epidemia, normalizaremos la gestión y restableceremos plenamente la producción y la vida normales en la ciudad”, dijo.

El confinamiento total de Shanghai y las restricciones de COVID a cientos de millones de consumidores y trabajadores en decenas de otras ciudades han perjudicado a las ventas al por menor, la producción industrial y el empleo, lo que hace temer que la economía se contraiga en el segundo trimestre.

Las severas restricciones, cada vez más alejadas del resto del mundo, que ha ido levantando las normas COVID incluso a medida que se extendían las infecciones, también están enviando ondas a través de las cadenas de suministro globales y el comercio internacional.

Los datos del lunes mostraron que la producción industrial de China cayó un 2,9% en abril con respecto al año anterior, lo que supone un fuerte descenso con respecto al aumento del 5,0% registrado en marzo, mientras que las ventas al por menor se redujeron un 11,1% interanual, tras caer un 3,5% el mes anterior.

Ambas cifras estuvieron muy por debajo de las expectativas.

Según los analistas, es probable que la actividad económica haya mejorado algo en mayo, y se espera que el Gobierno y el banco central desplieguen más medidas de estímulo para acelerar la actividad.

Sin embargo, la fuerza del repunte es incierta debido a la inflexible política china de “cero COVID”, que consiste en erradicar todos los brotes a toda costa.

“La economía china podría experimentar una recuperación más significativa en el segundo semestre, salvo que se produzca un confinamiento similar al de Shanghái en otra gran ciudad”, afirmó Tommy Wu, economista jefe de China en Oxford Economics.

“Los riesgos para las perspectivas se inclinan a la baja, ya que la eficacia de los estímulos políticos dependerá en gran medida de la magnitud de los futuros brotes de COVID y de los confinamientos”, añadió.