SHANGHAI, 28 nov (Reuters) — China, una potencia mundial en áreas de alta tecnología y de trenes bala, está dirigiendo ahora su poderío industrial hacia el reto de hacer sus propios medicamentos para un vasto número de su población.
Teniendo en cuenta los 10 años o más que normalmente se necesita para introducir un nuevo medicamento en el mercado chino, las multinacionales ya están encontrando más competencia de parte de los medicamentos genéricos locales, que parecen listos para dar un salto cualitativo en calidad.
Hay mucho en juego. China es el segundo mayor mercado de drogas del mundo detrás de Estados Unidos; y la comida rápida, el tabaquismo y la contaminación han provocado un aumento de los tipos de cáncer y enfermedades cardíacas y pulmonares crónicas.
Esto ha convertido a China, por ejemplo, en un mercado angular para la danesa Novo Nordisk; el mayor productor de insulina del mundo. Para el 2010, dominaba el 63 por ciento del mercado de la insulina de China. Pero recientemente ha ido perdiendo terreno frente a competidores locales.
Fundamental para la transformación del mercado es la Food and Drug Administration de China, dirigido por el jefe reformista, Bi Jingquan, desde enero.
El organismo de control se ha comprometido a acelerar la aprobación de nuevos medicamentos innovadores, que pueden tardar 5-7 años; y a tomar medidas enérgicas contra los genéricos locales deficientes.