El modelo de economía compartida parece tener un futuro en China, mejor que en cualquier otro lugar. Desde principios de esta década, la industria ha florecido a pasos agigantados. De acuerdo con una investigación oficial, 600 millones de chinos llevaron a cabo negocios por valor de 500.000 millones de dólares en el sector en 2016, un 103 por ciento más que en 2015. Aún cuando gran parte de la economía china se está desacelerando, el gobierno espera que la participación de este modelo represente el 10 por ciento del PIB en 2020. Tres factores justifican ese optimismo. El primero es el perfil demográfico de China. El segundo factor es la rápida evolución del consumo. Y el tercer y más importante, es la ampliación de los sistemas de pago móvil, el cual fue 50 veces mayor que los verificados en los Estados Unidos en 2016. Este clima favorable implica que muchas de las innovaciones mundiales en el sector pueden comenzar a venir de China, en lugar de Silicon Valley.
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