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El floreciente sector de alta tecnología de Shenzhen ha hecho saltar a esta ciudad china desde un tranquilo pueblo pesquero en la década de 1980 hasta el llamado “Silicon Delta” del país asiático, una metrópolis bulliciosa de más de 12,5 millones de habitantes. Hogar de la sede de Huawei, el mayor fabricante de telecomunicaciones del mundo, así como de más de una docena de firmas tecnológicas, ha sido un factor determinante en el explosivo crecimiento del PIB de la ciudad en los últimos siete años. Esta alta concentración de riqueza se refleja en la demanda de bienes raíces de lujo, y en la competencia por adquirir propiedades nuevas y existentes.

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