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BEIJING, 24 dic (Bloomberg/DF) — El gobierno chino está tratando de encauzar la economía para un comienzo más fuerte del 2020, con un impulso político de varios frentes, que va desde una mayor relajación monetaria hasta un comercio más libre.

En el compromiso más reciente, el primer ministro Li Keqiang, dijo ayer que se introducirán más recortes a la cantidad de efectivo que los bancos tienen que apartar como reserva. En teoría, la medida liberará fondos para prestar a empresas del sector privado que han tenido dificultades para acceder a financiación este año.

La promesa de financiación se une a un amplio conjunto de iniciativas para impulsar el sector no estatal anunciadas durante el fin de semana, y a una nueva ronda de recortes arancelarios para estimular la demanda interna introducida el lunes.

Después de una año devastador en el que el crecimiento de la producción económica se desaceleró al ritmo más débil en casi 30 años, han comenzado a aparecer señales modestas de estabilización en los nuevos datos. Asimismo, los negociadores comerciales han logrado evitar este mes otro aumento en los aranceles a las exportaciones chinas por parte del presidente de EEUU, Donald Trump.