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SANTIAGO, 13 ene (La Tercera) — De las diez principales operaciones de fusiones y adquisiciones (M&A, en sus siglas en inglés) cerradas en la década, que totalizan casi US$ 24 mil millones, la más cuantiosa corrió por la cuenta de un inversionista chino. Al cierre de 2018 la minera no metálica china Tianqi Lithium pagó US$ 4.066 millones por el 24% de los títulos de su par chilena, SQM.

Manuel Irarrázaval, presidente regional del banco norteamericano Bofa Merrill Lynch, ha sido protagonista de la década en varios de estos negocios, dado que asumió su cargo hace justo diez años, donde ha liderado la asesoría de varias de las transacciones financieras más relevantes. El ejecutivo recalca el recambio del origen de los inversionistas que han venido a adquirir compañías locales.

“En el pasado tuvimos una prominencia de norteamericanos comprando, que luego fueron reemplazados de a poco por europeos, en buena parte españoles. Al final de los noventas se tuvo la consolidación de los canadienses, que incursionaban en negocios con tasas de retorno bajas (como carreteras, eléctricas o sanitarias) y un estilo de manejo de las empresas no intervencionista”, detalla.

En cambio en la última década, Irarrázaval resalta “la irrupción de los chinos, que han hecho grandes inversiones, al parecer más estratégicas o geopolíticas”. Destaca la compra que hizo el conglomerado SPIC en la generadora eléctrica Pacific Hydro por más de US$ 2.000 millones, la adquisición de Southern Power Grid International del 28% de la transmisora eléctrica Transelec en unos US$ 1.300 millones, la mega operación de Tianqi en SQM antes mencionada y, finalmente, la adquisición que anunció recientemente China State Grid de la distribuidora eléctrica Chilquinta en unos US$ 2.230 millones —marcando la salida del país de la norteamericana Sempra—.

Otras operaciones destacadas. En la década también hubo salida de familias chilenas en distintos negocios que fueron adquiridos por actores internacionales y estratégicos. Tal es el caso de los grupos Marín y Hornauer que salieron de la eléctrica CGE, que fue vendida en US$ 3.100 millones a la española Gas Natural Fenosa; o de la familia Weinstein que enajenó los laboratorios extendidos en toda la Alianza del Pacífico, CFR Pharmaceuticals, que quedaron en manos de la norteamericana Abbott Laboratories, quienes pagaron US$ 2.900 millones.

Una empresa que apareció en el horizonte chileno es la italiana Enel, que hizo una serie de complejas operaciones de capital en la década, lideradas por el banco asesor BTG Pactual, quien actuó con sus equipos de Chile, Brasil y EEUU.

José Zamorano, director de investment banking de BTG Pactual Chile, opina que “dentro de las operaciones más destacadas de la última década, sin lugar a dudas, está el proceso de simplificación societaria de Enel en Chile, el cual se apalancó fuertemente en el mercado de capitales local y consiguió contar hoy en día con dos compañías domiciliadas en Chile, pero con listado en Estados Unidos vía ADRs, con un valor bursátil superior a los US$ 23.000 millones, cifra que más que duplica a la compañía listada que lo sigue en tamaño en Chile”.

Entre el 2013 y el 2019 las filiales de Enel en Chile hicieron todo tipo de operaciones que se pueden concretar en el mercado de capitales. A saber: concretaron aumentos de capital (US$ 3.000 millones Enel Americas en 2019, Enel Chile 2018 y US$ 6.000 millones como Enersis en 2013), fusiones (US$ 1.700 millones en Enel Green Power en 2018 y Enel Américas en 2016), oferta pública de acciones (US$ 2.700 millones en Enel Generación en 2018), división (Enel Chile y Enel Américas en 2016) y aporte de activos (US$ 3.600 millones con Enersis en 2013).

Otra operación relevante de los últimos años fue la compra al Grupo Penta de Banmedica por parte de UnitedHealth Group, a cambio de US$ 2.800 millones a fines de 2017. “Es una de las operaciones más emblemáticas de los últimos años. UnitedHealth Group es una de las empresas de salud más grande a nivel mundial, con un valor de mercado de casi US$ 300 mil millones, similar en magnitud a todo el PIB de Chile”, destaca el director de investment banking de BTG Pactual Chile, quien asesoró este proceso.

Zamorano también revela que fue una compra difícil, porque se trató de la adquisición de “industrias muy expuestas al escrutinio público —isapre y clínicas—, de un sistema de atención de salud en medio de discusiones sobre un importante cambio regulatorio, que implicó la ejecución simultánea de operaciones en Chile, Perú y Colombia; y que tuvo una toma de control que requirió de un acuerdo con los controladores y una OPA extensiva a todos los accionistas minoritarios”.

En el rubro financiero, algunos de los negocios más destacados fueron las fusiones de los bancos Itaú con Corpbanca, al igual que el de Scotiabank con BBVA. Las AFP también registraron relevantes cambios en su propiedad. Metlife le compró Provida a BBVA en US$ 1.800 millones, mientras que Principal Financial Group adquirió más del 90% de Cuprum en casi US$ 1.300 millones, en tanto Prudential desembolsó unos US$ 530 millones por el 40% de Habitat.

A nivel general, los grandes grupos empresariales chilenos no se quedaron atrás y también salieron a la caza de oportunidades en el extranjero, entre las que destacan las que se hicieron en mercados desarrollados, como Bci del Grupo Yarur comprando dos bancos en Miami por US$ 1.500 millones, el Grupo Angelini adquiriendo fábricas de paneles de madera en EEUU por más de US$ 300 millones y a la cadena de estaciones de servicio Mapco Express por US$ 535 millones. Luksic no se quedó atrás y con Enex compró las estaciones de servicio de Estados Unidos Road Ranger a cambio de US$ 289 millones.