La lección que nos deja la historia sobre el milagro chino es comprender la naturaleza fluida de la economía global, en la que ningún estatus es permanente y todos los indicadores enfrentan constantemente altibajos. Pero las naciones que no estén preparadas para reinventar su éxito y encontrar nuevas vías de negocio y formas de crear y de adaptarse a los cambios en el comercio, serán aplastadas bajo las ruedas de la obsolescencia y la decadencia. El secreto para conquistar el mundo del comercio radica en la creatividad, la innovación y la novedad.
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