La visitas oficiales entre Chile y China se han hecho recurrentes durante las dos últimas décadas como reflejo del excelente estado de las relaciones bilaterales. Ningún presidente chileno ni ninguna máxima autoridad china, ha dejado de cruzar el Pacífico para pisar el suelo nacional del otro, con positivas consecuencias mutuas. Esta vez, se trata de la llegada a Chile del Primer Ministro, Li Keqiang, precisamente en respuesta a una invitación cursada por la Presidente Michelle Bachelet durante su visita oficial a China en noviembre del 2014.
La llegada del Primer Ministro chino se enmarca en el desarrollo de la primera reunión de diálogo económico Chile-China, mecanismo acordado en 2012 para promover las inversiones bilaterales. Actualmente, a pesar de que China es el principal socio comercial de Chile, se ubica en el lugar 32 en el ranking de las economías con mayores inversiones en nuestro país, muy por detrás de Estados Unidos, Países Bajos y España, cabezas de la lista.
Como es frecuente en estos casos, la estadía de la autoridad china significa también la suscripción de una serie de acuerdos, entre los que destaca particularmente aquel que impide la doble tributación. Tras nueve años de negociaciones, Chile se transforma así en uno de los pocos países latinoamericanos que tiene regulada esta materia con China, lo que contribuirá a profundizar su bajo nivel de inversiones en nuestro país.
Los tratados de doble tributación tienen por objetivo eliminar o aminorar el hecho de que las empresas paguen dos veces impuestos, en sus países de origen y en el que invierten. A pesar de que implican un menor ingreso fiscal para los estados firmantes, a través de ellos se busca facilitar el intercambio de bienes y servicios; así como los movimientos de capitales, tecnologías y personas.
Chile suma 25 acuerdos de este tipo, algunos con las principales economías del mundo; mientras China, por su elevado volumen de inversión, ya los tiene con 99 países. Esta clase de convenio promueve además la colaboración entre las autoridades tributarias de los estados contratantes, contemplando normas para prevenir la evasión y elusión fiscal.
En momentos en que Chile y China atraviesan por prolongados procesos de desaceleración económica; el logro de una mayor certeza tributaria facilitará sin duda los negocios bilaterales, al tiempo que transformará a Chile en un destino más interesante para los inversionistas chinos y estimulará a los empresarios chilenos a invertir en China.