Documentos divulgados recientemente revelan que Shanghai busca convertirse, en las próximas dos décadas, en el centro de un masivo “city cluster”, que comprenderá unas 30 áreas urbanas y una población total de 50 millones de habitantes. La idea es utilizar un amplio sistema ferroviario de alta velocidad, para integrar mejor las crecientes zonas urbanas de China situadas a lo largo del río Perla, el río Yangtze y el corredor Beijing-Tianjin, cada uno de los cuales espera congregar otros 50 millones de personas más. El efecto podría ser transformador. Se crea uno de los mercados de trabajo más grandes del mundo, y se potencia la urbanización, en un país en el que todavía más del 40 por ciento vive en zonas rurales. Existen precedentes para el enfoque de los “city cluster”. El más notable es el constituido por Guangzhou, Shenzhen y Hong Kong, y varias ciudades más pequeñas, en el delta del río Perla. Aunque la tarea no se vislumbra fácil, las nuevas agrupaciones urbanas de China podrían convertirse en motores económicos clave, y tal vez, en un modelo de cómo las ciudades de todo el mundo pueden seguir creciendo.
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